2.3.4. Cerámica
La cerámica cobra una gran importancia durante el Neolítico ya que los grupos sedentarios necesitan de mayor cantidad de recipientes para almacenar los alimentos. Aunque no presentan formas excesivamente complejas, son vasijas muy funcionales, con decoración geométrica a base de líneas, triángulos o círculos, que adoptan variadas tipologías y cuya técnica deriva de la cestería. Se realizan a mano, ya que el torno sólo se empezaría a utilizar en la época de los metales, y se dejan secar sin cocerlas en el horno.
Junto a la cerámica, en las sociedades sedentarias comienzan a destacar otras actividades hasta entonces desconocidas como la elaboración de tejidos y el pulimento de la piedra. Ésta última, haciendo uso de piedras más duras, permite la fabricación de herramientas mejores y más eficaces, como hachas y utensilios agrarios, y es de hecho este fenómeno el que da nombre al periodo neolítico (etimológicamente significa "piedra nueva").
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